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Mi madre, mis hermanos mayores y yo. |
Cuando era una niña mi madre me dio una de las lecciones que marcaron mi vida. Llegó a casa un día después de hacer las compras, con un bolso "misterioso". Me llamó hasta su dormitorio y me dijo "Quiero que estés conmigo cuando abra esto" Sacó un maletín
negro de cuero, grande y brillante. Lo abrió con un poco de nerviosismo. ¡Nunca
en mi corta vida había visto tanto dinero junto! Vi su cara de asombro. La vi
buscar entre otras cosas que había en el maletín y tomó una libreta. En verdad,
creo que era una agenda. La abrió y comenzó a leer en la primera hoja guiándose
con el dedo. De pronto encontró algo. Tomó lápiz y papel de su mesita de noche
y escribió algunas cosas. Puso la agenda dentro, cerró el maletín y lo regreso
a la bolsa. Luego me dijo "Vamos a ir a hacer un trámite". Por el
camino me comentó que había encontrado esto en una cabina telefónica y que
debíamos localizar a su dueño.. Comenzamos a buscar la dirección...Llegamos a
una casa muy hermosa, ¡enorme!. Al tocar el timbre salió un hombre de uniforme
negro, muy elegante. Mi madre le pregunta por una persona, el comenta que no
puede recibirla, mi madre insiste, y vuelve a insistir en que "debe"
hablar con él. Pero no le comenta el motivo de su visita. Sale una mujer, y se
repite lo mismo, ellos negando y mi madre insistiendo... Luego, después de
algunas consultas entre ellos nos hacen pasar a una sala muy bella. Mientras
esperamos mi madre permanece callada y pensativa. Y luego viene un hombre un
poco mayor, con bata de levantarse y cara desencajada... Evidentemente se
encontraba muy enfermo..Nos mira con extrañeza mientras otro hombre se mantiene
a prudente distancia ..Mi madre le explica el motivo de nuestra visita
"entregarle algo que le pertenece, algo de su propiedad". Le alarga la
bolsa, él mira extrañado, cuando la abre ¡no puedo describir su cara!! Se tira
en el sillón, abre el maletín, lo revisa y todo esta perfectamente arreglado.
Nos abraza, se ríe, llora, llama a su esposa...!! No escondía la profunda
satisfacción que le producía esto..Preguntaba donde lo encontró, quienes éramos
nosotros y muchas cosas..Quiso recompensar a mi madre por esto, más ella se
negó a recibir cualquier tipo de recompensa. "Era mi deber", le
comentó. "¿Sabe usted cuántas familias dependen de esto?", pregunta
nuestro interlocutor..Entonces nos cuenta que ese dinero era el sueldo de todos
sus empleados, que lo había retirado en la mañana para hacer los pagos de todos
ellos y que, cuando llegamos estaba tan mal porque no sabia que iba a hacer,
que ni fuerzas para caminar tenía. Ni siquiera le había contado a sus más
cercanos... Mi madre le comenta que cuando lo vio no quiso dejarlo allí, que se
dio cuenta que no era un maletín cualquiera.
Nos fuimos de allí, mi madre con la satisfacción de
haber hecho lo correcto y la pequeña que caminaba de su mano, con una lección
aprendida, grabada en su mente y en su corazón...
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Mi madre en la actualidad, con 89 años, junto a dos de sus amigas cuando la acompañé a cumplir con su deber cívico de ir a las urnas en las elecciones presidenciales recién pasadas. Es algo que siempre ha realizado mostrando un ejemplo de responsabilidad con su patria. |
Notas:
* Esta es una historia de la vida de la autora.
** En aquellos años no existían los teléfonos personales. Al estar fuera de casa se usaban los teléfonos públicos ubicados en cabinas.
*** Los empleados no querían anunciar a mi madre porque ella no se identificaba y no informaba el motivo de su visita.
Este artículo lo publiqué en mi Facebook para el Día de la Madre como un homenaje a ella, en su día especial.
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