jueves, 13 de diciembre de 2012

Documentar, documentar...

Cuando estamos visitando a nuestros parientes y nos enfrascamos en muy interesantes conversaciones relacionadas con el tema que nos ocupa y que es la genealogía, no debemos dejar pasar ni una oportunidad de tomar notas, aunque sean breves, de lo que conversamos. A veces, y muy generalmente, solemos pensar que hay detalles sin importancia en los relatos orales y los pasamos por alto, pero la experiencia me ha mostrado que es un error el hacerlo ya que ese aparentemente insignificante dato nos puede conducir a datos relevantes dentro de nuestra investigación.
Como ejemplo, un día conversaba con un tio mayor y me comentaba acerca de sus propios tíos, los que él recordaba. De ellos no había vuelto a tener noticias "deben estar todos muertos ya" me comentó..Yo tenia información de varios de ellos, aunque incompleta.
Y como de pasada me comenta que un tío llamado Gavino tenía intenciones de irse a vivir a Limache. Eso recordaba él, un hecho y una intención de ya más de 50 años...De este tío abuelo en particular, sólo tenía registrado su bautismo, nada más. Del resto del grupo familiar tenía más información ya que les había seguido la pista en esos lugares de su residencia.
Anoté el dato de la intención del tio abuelo Gavino. ¿Y que piensan? ¡Efectivamente! Concretó su intención y así pude comprobarlo más adelante.
Cada dato, cada detalle, por muy insignificante que parezca, hay que documentarlo,