domingo, 21 de abril de 2013

Los Castillos del Fin del Mundo - Fuertes Españoles en Valdivia, Chile

En cierto punto de mi investigación genealógica  hice un descubrimiento, el cual me llevó a investigar un mundo que hasta ese momento no había considerado y que ha sido de un valor incalculable por la enorme cantidad de información que trajo consigo.
Me encontraba leyendo el libro "La Sociedad en Chile Austral antes de la Colonización Alemana, de Gabriel Guarda O.S.B. Y entre sus páginas encontré a un antepasado, exactamente un noveno abuelo llamado Ignacio de Castellanos. A él lo tenía identificado en el Valle de Aconcagua de Chile,  con matrimonio formado y  con cuatro hijos pequeños de los cuales tenía sus fechas de bautismo. Eso era lo que tenía, nada más.
Y ahora encontraba en este libro a un Ignacio Castellanos, alguien con el mismo nombre que mi antepasado pero creí que era una coincidencia. Seguí leyendo y me dí cuenta de inmediato que era el mismo. Era la misma esposa y algunos de los hijos.
"Alférez en Corral, en 1658; Castellano de uno de los castillos de Valdivia ; Capitán de Infantería en el Valle de Aconcagua, 3 agosto 1673" (pág.130-131)Ya no tenía dudas. Era el mismo, era mi antepasado que había cumplido asignaciones en la Plaza de Valdivia y de ahí se había trasladado al valle de Aconcagua. La información era abundante, los hijos, sus matrimonios, los nombres de los cónyugues y de sus padres, los lugares de donde eran "naturales" y muchos datos valiosos.
Agradecí a ese reconocido genealogista por tan inmenso trabajo, un libro con 727 páginas de información, entre los muchos otros libros que ha publicado, de la cual formaba parte la de mi antepasado. Demás está decir que ello me llevó a descubrir otras fuentes documentales y estas fuentes contribuyeron a que pudiera encontrar otros antepasados, todos militares del Real Ejército.
Al considerar que este noveno abuelo había vivido parte de su vida en Valdivia, al Sur de Chile,  algo que nunca me hubiera pasado por la mente, ya que pensaba, erróneamente que toda la familia de mi padre era o se encontraba localizada en  Aconcagua; que había sido parte de la guarnición militar de aquel lugar, que había tenido la responsabilidad de un castillo, deseé ir hasta el lugar y conocer lo que hoy son museos, declarados Monumentos Nacionales recién en 1945, ver los vestigios de aquel lejano tiempo, antes de la Independencia de Chile.
Mi esposo hizo los planes para que pudiéramos ir. Yo había estado en Valdivia hace muchos años, pero no en plan de turismo y no conocí los Fuertes Españoles. Ahora era la oportunidad.
Y nos embarcamos en la aventura.
Informativo del Museo de Sitio del Castillo de Niebla

Atractiva entrada para visitar el fuerte de Corral
 Fue impresionante visitar esos lugares. El primer lugar fue el Museo de Sitio del Castillo de Niebla. Allí fuimos recibidos  amablemente por personas vestidos como soldados españoles. Un guía nos mostró cada lugar y nos informaba acerca de los sucesos acaecidos allí.
Era conmovedor ver aquellos lugares, pensar que fue una parte tan importante de la Conquista y que era parte de un pasado ancestral.
Luego visitamos Corral y allí tuvimos la grata sorpresa que se realizaba una representación histórica ese mismo día. Esta se trataba de la llegada de Lord Cochrane con la fuerzas patriotas en febrero de 1820.
Pero la historia de estas fortalezas españolas  merece ser contada por un órgano oficial, ya que me declaro incompetente para ello.
http://www.dibam.cl/dinamicas/DocAdjunto_880.pdf 
En este link se puede ver un resumen de lo que fue la historia de la Valdivia de ese tiempo y de Los Castillos del Fin del Mundo.

En cuanto a mis sentimientos y experiencias fue grandioso impregnarme junto a  mi esposo de lo  que aconteció en ese lugar. Era como si aquellos muros de piedra quisieran contar su historia a los visitantes...
Miraba la bahía de Corral y pensaba que esa misma bahía había sido vista por los ojos de mi antepasado, que él había recorrido esos lugares, caminado por esos caminos, respirado ese mismo aire y visto esos mismos cerros...Y ahora, más de 350 años después, yo, una de sus descendientes, caminaba por esos lugares y disfrutaba de ese paisaje. Era sobrecogedor aquello, y sentía una gran cercanía con él, mi noveno abuelo, Don Ignacio de Castellanos.
Comparto fotografías que pueden graficar aquella experiencia .
Sencillo letrero de bienvenida

Jorge Ardiles, mi esposo, junto a una de las guias del Museo, vestida a la usanza de la época

Pensando en cuantas veces mi antepasado miró esas aguas..

El faro de fondo, mudo vigía del lugar

Defensas del amurallado castillo de Corral

Hablando con dos de los jovenes actores que participan en la representación histórica

Preparándose para el espectáculo

Tomando posiciones

Los ejércitos patriotas han vencido...



Mi esposo y yo en uniformes




Vista exterior del fuerte

Torre del centinela

Viejos escalones


Antiguo candado herrumbrado por el paso de los años

Salida a la Bahía

Visitantes admirando el lugar



El mar azotando constantemente los carcomidos muros de la batería, el oleaje en su eterno ir y venir y el romper de las olas, y lo que  queda de los antiguos castillos son mudos testigos del Valdivia Colonial. Y en la ciudad, en pleno centro se yerguen los Torreones del Barro y de Los Canelos, quienes con sus cuatro soldados y un cabo  constituían los puestos de vigilancia, hoy mudos vigías de la antigua ciudadela amurallada.

Torreón del Barro