Cuando nos estamos iniciando en la Investigación Genealógica nuestro primer recurso somos nosotros mismos con todos nuestros datos, los nombres de nuestros padres y las fechas que están al alcance de la mano.
Entonces, tomamos un cuaderno, lápiz y nos ponemos a la tarea de anotar TODO lo que sepamos de la familia. Podemos hacer una hoja para nuestro padre, otra para nuestra madre. Sus nombres completos, sus fechas, lugares de nacimiento, matrimonio.., todo lo que sepamos...
Así comenzamos nuestra historia familiar, con lo básico, y vamos avanzando poco a poco.
Luego, el recurso más valioso es la persona de mayor edad de la familia. Puede ser uno o ambos padres, un abuelo, o en casos afortunados, un bisabuelo. También cuentan entre estas personas recursos otros familiares como tios y tios abuelos, primos mayores.. Y alguien que a veces pasamos por alto, son los amigos cercanos de la familia. Todas estas personas guardan verdaderos tesoros en sus memorias.
Recuerdo perfectamente el día cuando le pregunté a mi padre si él recordaba la fecha de fallecimiento de su madre, Juana Llantén Astudillo. Su respuesta fué contundente: "Como si fuera hoy, hija" "Mi madre falleció el día 3 de abril del año 1936, después de almuerzo." Habían pasado más de 60 años y mi padre lo tenía clarísimo .... Apunté ese dato, como todos los otros que él guardaba en su memoria. Recordaba a sus abuelos, con sus nombres completos, recordaba historias orales de la familia, lugares de residencia y varios otros valiosísmos detalles. Apunté cada uno de esos detalles. Ellos fueron la firme base sobre las cuales reconstruir la historia de la familia de mi padre.
En genealogía siempre debemos comprobar por medio de pruebas lo que se cuenta en forma oral, para, de esta forma, realizar una labor fidedigna.
Pedí el certificado de defunción de mi abuela, Juana Llantén Astudillo. Efectivamente. Había fallecido el 3 de Abril de 1936, a las 15 horas. El documento corroboraba así, lo contado por mi padre.
Certificado de Matrimonio y Certificado de Defunción de mi Abuela- 6 de abril de 1936, 15 horas" (después de almuerzo, como dijera mi padre) |
Andes, siendo bautizada por su abuelo José Agustín "en las aguas del río Latuel".
Busqué en Internet si existía un rio con ese nombre y lo que sigue es parte de la historia relatada en libro que escribí acerca de mi familia.
Rio Atuel, en la
provincia de Mendoza
"Según el relato oral de la tradición familiar, se cuenta que
en este río fue bautizada Mercedes Amalia Alvares Sepúlveda, mi abuela materna.
José Agustín Alvarez González, mi tatarabuelo materno, inició el viaje a la
Argentina, cruzando la Cordillera de Los Andes, como tantas otras veces
llevando a su familia y la mercadería con
la cual trabajaría en Mendoza y sus alrededores, en una larga
caravana. Estos viajes eran de larga
duración y regresaban a Curicó, en Chile al cabo de dos o tres años. Su casa habitación quedaba cerrada. Y tenían contratado un empleado para ver las tierras y animales durante la larga ausencia. En esa
ocasión en particular, su hija Avelina hizo el viaje estando embarazada y dio a
luz a mi abuela en medio de la pampa, bautizándola en este rio. Mi madre, quien me ha relatado esta y otras innumerables
historias de la familia me había dicho que el nombre del rio era “Latuel”.
Según mi investigación en Internet su nombre“Atuel” que en mapudungún significa
“lamento”.
Existía el río y estaba en la Provincia de Mendoza....Mi abuelita decía que no sabía si era más argentina o chilena...
De esta forma se respaldaba la tradición oral en la
familia.
Otro detalle importantísimo es que en Curicó, lugar
donde mis tatarabuelos habían vivido y fallecido, nunca pude encontrar el
nacimiento de ninguno de ellos.
La información eran sus fechas de defunción
proporcionada por mi madre, las cuales fueron contrastadas con la información
en la lápida de su nicho "Perpetuo". Eran correctas.
Pedí un Certificado de defunción de cada uno de
ellos por si había más información. No la había.
Luego, con las fechas exactas, y certificado en mano, fuí al Registro
Civil y pedí una copia del Acta de Defunción de cada uno de ellos. ¡El acta era
pródiga en información! Contenía además del lugar y la fecha, la edad al
momento de la defunción, la causa de muerte, el nombre del compareciente (que
era mi abuelo), el nombre de los padres y el lugar de nacimiento. En el acta de
defunción de mi tatarabuelo decía:
"Nacionalidad: Chi (tarjado)
Argentino. Natural de: Mendoza. ¡Ahí todo tuvo un sentido! Yo pensaba el
porque hacía esos viajes tan largos, por tanto tiempo y ahora todo estuvo muy
claro ¡Porque tenía su familia allí! Y viajaba a Mendoza, claro, Todo
calza. La familia era de allá, el río en que fué bautizada mi abuela está
en Mendoza...
La tradición por medio de relatos orales y la
realidad mostrada en los documentos encajaban plenamente.
Les hago un relato de estas experiencias para
mostrar la importancia de la memoria viva. Aquella memoria que conservan
nuestros mayores y que a veces se transforman en historias tantas veces
repetidas que llegan a ser miradas como algo sin valor.
Si tienen alguien mayor en sus familias en estos
momentos, aprovechen de pedirles que les cuenten las historias de la
familia ¡y tomen apunte de cada detalle! Mejor aún, graben esas
historias. La experiencia me ha mostrado que son las bases, como dije antes, de
la reconstrucción de nuestra historia. Háganlo ahora, mientras todavía los
tienen a vuestro lado, no permitan que se vayan de esta vida llevándose consigo
tantas memorias, sólo porque nadie se interesó en ellas... Háganlo mientras la
memoria está viva...
excelente ! leí todo su relato :D
ResponderEliminarse nota la pasión a su trabajo y ademas que es interesantisimo! de como se puede a través de los relatos y la investigación juntar su historia familiar
saludos
Mauri :)
Así es Mauri. Los relatos de nuestros mayores son un verdadero tesoro, y como dije, las bases sobre la cual reconstruir la historia de la familia. Hay que escucharlos y lo más importante,anotar esas historias. Gracias por su comentario.
ResponderEliminar